A veces resulta que de dos colores estridentes no puede salir buena mezcla. A veces resulta que simplemente no se encuentra lo que se busca o se busca en el sitio equivocado.
Entre mis propósitos de año nuevo estaba cerrar este blog. Aunque ya no lo lea nadie, no creo justo para algo que fue tan bueno para mi durante tanto tiempo abandonarlo de esta manera sin darle un final digno.
Para quien todavía no lo sepa María y yo nos separamos. Ya fue hace muchos meses, pero no conseguía juntar el valor para ponerlo en palabras... creo que me daba miedo eso de decirlo en voz alta por que no fuera tan real
Hace unos días una amiga dijo durante una comida que cuando uno se separa no tiene que decir que no funciono, que en realidad funciono durante un tiempo... me quedo con eso, con que funciono durante mucho tiempo y que las dos dimos lo mejor para que durara.
Tenemos un hijo increíble, tenemos un gato apestoso, tenemos miles de recuerdos, horas y copas de vino... Me quedo con lo bueno porque estamos unidas de por vida y no voy a mentir, no voy a decir que fue fácil (ni lo es) no somos dos personas fáciles y cuando algo nos duele tampoco somos dos personas civilizadas
Ahora las cosas están mejor, no digo que seamos ejemplo de nada, pero después de mucho estamos las dos centradas en lo que más nos importa en el mundo: Conrado.
Y la vida sigue su curso... aunque duela, aunque cueste, aunque de momentos me cague en todo porque al final no encontramos lo naranja y verde...